.::BRUCE SPRINGSTEEN: “Born in the U.S.A.” 04/06/1984::.

«Born in the U.S.A.» cumple hoy 4 de Junio cuarenta añitos. Supongo que todos coincidiremos en que es uno de los grandes discos de los 80’s, aunque no sé si los fans más hardcore del boss opinarán lo mismo, pero visto desde la barrera, por alguien que en ese momento estaba más interesado en BARON ROJO y IRON MAIDEN, la publicación de este disco fue como «Brothers in arms» o «Private Dancer»: todo dios tenía ese disco y a todo el mundo gustaba.

POPULAR1, por supuesto no fue ajena a semejante edición y dio a Bruce la portada, un artículo (que viene sin firmar por ninguna parte) y el Disco del mes con una reseña de IGNACIO COMAS, en agosto de 1984, un par de meses después de que fuese publicado en Estados Unidos, que me imagino que sería un poco antes que en España. En el momento de escribir esto, Bruce Springsteen sigue rockeando de lo lindo aunque parece ser que está cancelando algunas actuaciones por problemas en la voz. Esperemos que sea algo transitorio, y que no pase mucho tiempo antes de poder disfrutar de su presencia en escena. Mientras tanto, echemos un vistazo a este legendario álbum.

Con silencios discográficos tan largos como los que prodiga BRUCE SPRINGSTEEN, otros menos carismáticos y sin tantos y fieles seguidores hace ya tiempo que habrían sucumbido bajo un irrecuperable olvido. Pero, en fin, él es el rockero predilecto de los EE.UU. y se hace querer y esperar. Para ser más precisos deberíamos apuntar que en realidad los recuerdos musicales de sus seguidores suelen remontarse a ese espléndido doble-álbum “The River”. No es descubrir nada el decir que el ahora penúltimo, super-tranquilo y paradójicamente en directo “Nebraska”, medio decepcionó, o mejor dicho simplemente reconfortó sin satisfacer al máximo a una buena parte de la parroquia springteenlana, especialmente aquella de conversión más reciente atraída por el boom. Bien, él corrió el riesgo, aunque yo diría que esa fiebre SPRINGSTEEN que explotó con “The River”, se ha resentido y enfriado un tanto, en parte seguro que por estas circunstancias.

Pero bueno, BRUCE SPRINGSTEEN es un gran músico y es capaz de recuperar lo que sea preciso. Y escuchando “Born In The USA” parece que sin duda está dispuesto a conseguirlo. Más americano que nunca, más rockero que nunca, más contundente que nunca, pero sin perder un ápice de esa melódica sensibilidad. Los esquemas desde luego no han variado nada,….¡y ni falta que le hace!…, dirían sus fans. Su música es tan vital como siempre y aún más. Seguramente no tiene la riqueza y variedad compositiva de “The River” pero vaya, temas como “Cover Me”, “Downbound rain, “I’m On Fire. “No Surrender” o “Dancing In The Dark» pertenecen a la mejor magia rockera de ese hombre, en un conjunto en el que la incisión e inmediatez de los cortes va pareja a su fuerza. Un álbum clásico dentro del rock americano (otrora llamado urbano pero ahora menos), y si no escucha “Born In The USA”, “Darlington County o “Working On The Highway». No esperes en-contrar nada nuevo, pues sólo hallarás al mejor SPRINGSTEEN de siempre.

Porque es un viejo luchador del rock, porque sabe innovar sin llegar a lo grotesco, porque cada día canta mejor, porque los años parecen no pasar para este hombre, porque le respetan desde los viejos hippies y rockers, hasta los punks y heavies. Por esto y por mucho más, le hemos elegido el personaje de este mes.

“Born in The USA” (‘Nacido en USA”) es el mejor título que podría haber elegido Springsteen para su último LP. Un álbum en el que este músico lucha por superar sus propias contradicciones -artísticas y personales- y se “desnuda” ante sus fieles seguidores para que entiendan de una vez que él es un típico producto americano.

Springsteen estuvo los últimos dos años prácticamente encerrado en su estudio, en donde preparó la friolera de sesenta canciones en niveles técnicos de perfeccionismo que no se le conocían. Y no quiere decir esto que Bruce sea un descuidado ni mucho menos, sino que parece ahora quererse enganchar en la línea de las nuevas superproducciones discográficas, en las que todo se desmenuza y perfecciona hasta llegar a límites realmente obsesivos.

Pero Springsteen no es tonto y sabe hasta qué punto hay que realzar la técnica, o don de hay que dejar la grabación a la primera toma porque salió con mucha expresividad.

Bruce no es un novato que busca impresionar a las audiencias. “Lo mío es trabajar sobre bases que parecen limitadas, pero, en realidad, infinitas…”. Como vemos, Bruce no solamente sabe lo que tiene que hacer, sino también lo que de-be decir. Y esto último viene a relación de que en »Born In The USA” un 90 por ciento de las canciones están basadas en los mismos acordes o temática compositiva. El mérito de Springsteen -como ocurriera antaño con John Mayall en el blues- está en hacer cien temas con los mismos acordes, por ejemplo. Algo para lo que muy pocos músicos están capacitados, ya que a veces es más fácil enrollarse con efectos y estructuras musicales harto complicadas que si bien dieron sus grandes resultados en gente como Yes, Genesis o Pink Floyd, no es -como el tiempo se ha encargado de demostrar- lo más adecuado para todos.

Springsteen es americano y el nuevo continente no está llamado a los viajes históricos. Para eso la vieja Europa y sus máximos exponentes musicales: Alemania e Inglaterra. Lo de Bruce es como una bolsa de patatas fritas; es una comida fácil que no requiere grandes preparativos, pero… ¡que rica está!

En este, su último LP, Bruce canta: “bajo las sombras de la penitenciaría, fuera del gas de la refinería, llevo diez años ardiendo en el camino. Quien no camina no tiene a donde Ir…”. Estamos señores, frente al ‘Caminante no hay caml-nos” en versión yanqui con rock urbano aderezado. Luego Bruce nos “ataca” con «Working On The Highway”, un rock que no tiene desperdicio, y con ‘I’m On Fire” de similar título y sentido que el “Light My Fire* de Morrison, es decir, un hombre caliente.

Springsteen es mágico y no quiere por ahora, hablar con la prensa. “Con el disco es suficiente”, asegura. Tiene razón. Él es lo poco que queda de aquel espíritu americano que surgiera con Quthrle desde que a Dylan se le rayó el disco.

Mientras caminábamos por la Segunda Avenida, después de comer en un restaurante vegetariano, un colega nos dice: “si nos quitan a Bruce tendremos que escuchar a Bach….”.

“¡No mezcles tío!”, le espetamos, “los grandes rockeros saben que Bach, Beethoven y Mozart son las fuentes de occidente”, pero desde que descubrimos las patatas fritas no podemos resistirnos al embrujo del rock. “Cada loco con su tema….”, fue la res- puesta de nuestro amigo.

¡Hasta el mes que viene!